El valle del Vézère tiene una biodiversidad particularmente rica debido a la presencia de entornos muy diversos: bosques, cuevas y acantilados, humedales, ríos y masas de agua, laderas de piedra caliza. Se beneficia de numerosas áreas protegidas y forma parte, en particular, de la “Reserva Mundial de la Biosfera” de la cuenca del Dordoña, reconocida por la UNESCO.
Bosques
Este territorio rural está cubierto en un 60% por bosque, compuesto principalmente por castaños y robles. También hay pino marítimo, pino silvestre y roble común. Estas especies, a menudo mixtas, están presentes tanto en los bosques jóvenes como en los maduros.
Hay especies de aves como el pito negro y el pico carpintero, el cárabo y la curruca perdicera. La salamandra manchada está presente en los estanques forestales. También están presentes la Barbastelle, un murciélago de hocico aplanado, así como multitud de insectos como la bacante, el morio (ambas mariposas) y el grillo de bosque. Entre árboles como el roble común o el castaño, encontramos plantas tan conocidas como el grulla, el lirio de los valles o la neottie (orquídea) nido de pájaro.
Acantilados y cuevas
En Dordoña, los acantilados se crearon hace mucho tiempo, cuando los movimientos tectónicos provocaron la retirada del mar, las calizas nacidas de los restos orgánicos del mar se han modificado por completo. Los valles se profundizaron y la roca expuesta se vio influenciada por las temperaturas. La roca caliza se ha agrietado, erosionado y dejado al descubierto varias capas de caliza más o menos dura.
Las cimas de los acantilados del valle del Vézère están colonizadas por vegetación como el berro alpino, la valeriana de tres hojas y encontramos fauna dependiente de este entorno, como el gran duque europeo o incluso el Vspére de Savi, que es un murciélago. .
En la ladera, el acantilado es pobre en vegetación ya que las condiciones son duras, con
particularmente sol y viento. Y, sin embargo, esta mineralización con erosión acoge a los seres vivos, encontramos así el ticódromo escalonado, el lagarto ocelado o el gran Coronide.
Humedales y ríos del valle
Los humedales son ambientes donde el agua está presente durante un largo período del año, albergan especies de fauna o flora características de ambientes anegados. También se habla de una zona de amortiguamiento entre los medios acuáticos y terrestres, lo que hace que los humedales sean particularmente importantes, a pesar de las presiones que pesan sobre estos medios.
En los humedales existen muchos subhábitats, todos diferentes pero todos importantes. Al borde de los cursos de agua boscosos nos encontraremos, por ejemplo, con el aliso negro, el martín pescador y la serpiente víbora.
En las praderas húmedas abastecidas de agua ya sea por capas freáticas aluviales o por crecidas de ríos, encontraremos el helecho palustre, la garza real, la cabeza de cobre de las marismas o la langosta sangrienta.
Estanques y cuerpos de agua.
Los estanques o cuerpos de agua, de origen natural o antropogénico, son todos diferentes. Ya sea que se alimenten del agua de lluvia o del aumento de los niveles freáticos, son vulnerables a los peligros climáticos y dependen de su entorno. Sus características influyen en la distribución de especies vegetales y animales. Podemos ver la curruca, la focha, la rana ágil, el tritón jaspeado, la culebra suiza e insectos como la libélula deprimida, la pequeña ninfa de cuerpo de fuego, el grillo de las marismas entre plantas como la 'Hottony de las marismas o la 'amarilla' lirio de agua.
Las laderas de piedra caliza
Se trata de una ladera de vegetación baja, formada por rocas calizas. Las laderas están formadas por varios hábitats denominados “calcicoles”, que se desarrollan sobre suelos calizos. La particularidad del medio ambiente se caracteriza por su diversidad biológica.
Dans les pelouses sèches, résultant d'un défrichement ancien, entretenu par le pastoralisme, on retrouve le grillon champêtre, l'azuré du serpolet, le lézard ocellé, ou la coronelle girondine parmi des plantes remarquables comme la sabline des chaumes ou l'Inule las montañas.
En las praderas calcáreas, a modo de borde pero resultantes de un cierre paulatino del césped, encontraremos cerca un pistachero terebinto, el chotacabras.